EL MAIZ, la canción

interprete: Campo y Sabor Album: Tierra Salsa de la Vida

martes, 6 de septiembre de 2011

¿PREGUNTAS INCÓMODAS PARA EL MINISTERIO DE CULTURA?




¿Para qué nos sirve difundir el patrimonio inmaterial del maíz si la materia prima, el grano físico, con que se preparan las diferentes recetas, no es el mismo que conocemos desde hace milenios?

¿Para qué nos sirve tener nuestras semillas criollas si al suelo se le despoja de su primordial vocación agrícola?

¿Qué estimuló en realidad el Ministerio de Cultura al incentivar un programa de largo aliento para socializar la importancia y urgencia de nuestro patrimonio cultural representado en el maíz?

Si somos maíz, entonces somos la agricultura tradicional que conservó este glorioso y rico grano, para todas las generaciones venideras; entonces somos la vocación agrícola de nuestro suelo que hoy yace sepultado bajo moles de pavimento, basuras y cemento.

En qué otra dirección podemos enfocarnos si no es en la recuperación total de nuestros granos, que por ser objetos físicos tangibles, representan la parte material de éste valiosísimo patrimonio local?

¿De qué nos serviría tener en la mano un grano de maíz si no podemos diferenciarlo a simple vista de aquel otro maíz transgenizado y que no es ningún alimento sano ni libre de sospechas?

¿Por qué entonces no reclamar ante entidades como la CDMB la falta del verdadero reconocimiento de lo que somos y de nuestra relación vital con el suelo y la agricultura, ya que están convirtiendo todo el espacio urbano en cemento y escondites para la basura?

Frente al suelo ¿qué es lo público y qué es lo privado? Lo cierto es que no estaríamos aquí -buenos o malos- si no es por la presencia de las siembras del maíz, que junto a la yuca, el fríjol y la ahuyama representaron la tabla de salvación ante el acoso del hambre y la fatiga de todos los asentamientos humanos que hemos sobrevivido en la montaña andina. Sin el maíz ninguno de nosotros tampoco hubiera sido posible.
Entonces, ¿no creen que toda una nueva alineación, sincronía y revolución de las mentalidades y los valores jurídicos que interpretan nuestra realidad, es lo que está en el orden del día en nuestra nación?

¿Por qué no es prioritaria la vocación agrícola del suelo de Bucaramanga y su área metropolitana, la siembra de nuestras semillas nativas y criollas, la pérdida de suelo fértil y la asfixia aplastante de las millones de toneladas de basuras y aguas sin tratamiento, de miles de toneladas de asfalto y cemento; la erosión galopante de nuestro territorio y la falta de arte en la proyección del desarrollo integral de nuestra región, como por ejemplo, el trazado y la construcción de carreteables y vías de penetración?

Preguntamos si es la pertinencia de este cuestionamiento lo que hace incómoda la verdad para nuestros estamentos oficiales y gobernantes de turno.
La verdad es que el Ministerio de Cultura debe darse por enterado, por el momento mientras la conciencia crezca y la incomodidad de los hechos nos haga reaccionar.

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