EL MAIZ, la canción

interprete: Campo y Sabor Album: Tierra Salsa de la Vida

jueves, 30 de junio de 2011

ACTO FUNDACIONAL. ABIERTO POR INVENTARIO

Bucaramanga


Es la acogedora, amable, cordial, y pujante villa de Bucaramanga, fundada a petición del cura doctrinero del valle del Río de Oro, padre Miguel de Trujillo, ante el oidor y visitador don Juan de Villabona y Zubiaurre, el primer escenario de la apasionante historia de quien va a ser objeto de estas páginas.  Por reclamación de los indios Gaspar de Guaca, Luis de Guaca y Miguel de Bucarica, residentes en la meseta de los búcaros, quienes viajaron a finales de 1620 a Santafé a quejarse de los malos tratos del encomendero don Juan de Arteaga, se trasladó a esos parajes el visitador Villabona, y abrió proceso contra el susodicho Arteaga, en septiembre de 1622. 
Luego el comisionado, desde la ciudad de Nueva Pamplona, ordenó el 4 de noviembre del mismo año que “los indios se reduzcan, junten y agreguen y pueblen el sitio y asiento que llaman de Bucaramanga, para que vivan juntos y congregados y sean doctrinados en la comodidad que tanto importa”.  Con esas frases de su resolución se abrió camino la fundación de la que hoy es pujante capital del departamento de Santander, en la República de Colombia. 
Fundación:
Con todo el aparataje y solemnidad de los grandes acontecimientos coloniales, el 22 de diciembre de 1622, en la meseta de Bucaramanga se cumplió la ceremonia de fundación de la nueva localidad. 
Así reza la certificación del acto cumplido: 
En el sitio de Bucaramanga, en veinte y dos días del mes de diciembre de mil seiscientos veinte y dos, yo, Miguel de Trujillo, presbítero, cura doctrinero del Río de Oro y sus anexos e yo, Andrés Paez de Sotomayor, juez, poblador, certificamos en cumplimiento de esta comisión despachada por el Señor Juan de Villabona Zubiaurre, del consejo de Su Majestad, su Oidor más antiguo de la Audiencia de este Reino y Visitador General de las Provincias de Tunja y Pamplona, y por particular comisión, visitador de los reales de minas de Las Vetas, Montuosa, Suratá, y Río del Oro; que hoy, dicho día, dije yo, el dicho cura, misa en la iglesia de esta población, que para este efecto mandamos hacer, por estar acabada, con su sacristía; y está cubierta con paja, con muy buenas maderas, estantillos, varas y vigas; y tiene de largo ciento y diez pies y de ancho veinte y cinco; y está bien acabada y es copiosa para la gente que a ella acude a misa, demás de los cual están acabados los bohíos y las parcialidades siguientes: de los lavaderos de Cochagua tres bohíos grandes que son bastante para la gente que tienen.  Item, otros dos bohíos grandes los indios de la cuadrilla de mí, el dicho Andrés Paez, que son bastantes para ellos.  Item, están armados y se van haciendo con mucha priesa, otros bohíos grandes y buenos para los indios de la encomienda del Capitán Juan de Velasco, y en el ínterin que se acaban, viven en dos ranchos pequeños que están hechos en el sitio. 
Demás de lo cual está hecha y acabada la casa de la mora de mi el dicho cura.  Y a estos indios se les repartieron resguardos en conformidad con la dicha comisión, en esta manera: a los lavadores de Cochagua, desde la loma que llaman de Chitota hasta una quebrada que llaman de Namota; a los indios de la encomienda del Capitán Juan Velasco, desde la dicha quebrada de Zapamanga, con un pedazo de tierra que cae junto al río Suratá (¿Suratoque?), donde tienen unas labranzas de yuca y batatas; y a los indios de Gérida se les dio desde la quebrada de Bucaramanga hasta la quebrada que llaman de la Iglesia; a los indios de Andrés Paez se les dio desde la quebrada de Cuyamata hasta la quebrada que llaman de los mulatos. 
Todos los cuales, dichos resguardos, de suso declarado, es tierra buena, sana y útil para cualquier género de semillas como son:  maíz, fríjoles, yuca, batatas, auyamas, plátanos y otras cosas en la cual hay bastante para año y vez todo está en contorno de la dicha población.  Y para que de ello conste, damos la presente firmada de nuestros nombres, en el dicho día, mes y año, arriba dichos.  MIGUEL DE TRUJILLO.  ANDRES PAEZ DE SOTOMAYOR.

Del libro CUSTODIO GARCIA ROVIRA, El Estudiante Mártir, del autor Antonio Cacua Prada, en el capítulo primero.




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