EL MAIZ, la canción

interprete: Campo y Sabor Album: Tierra Salsa de la Vida

sábado, 14 de mayo de 2011

UNA ZORRA VESTIDA DE MAIZ

Los caminos, las carretas, carreter@s y la zorra de palo son para las esquinas junto a los postes abandonados y los escasos días de vivir; el símbolo del viajero trasformador, trabajador, silencioso, del que lleva, del que trae; esas naves anónimas que van adquiriendo con el vivir y trasegar de los senderos otros rodamientos.

Los ejes sin engrasar, ruidosos sin afán, son acordes para los oídos, animalito de madera quien además de protegerme del frio y del olvido, me animas con tu voz chillona a levantarme, a re-inventarme, a tomar nuevas rutas y abandonar la silla, la comodidad y el calorcillo del hogar, salirme al sol, a la lluvia, a la guerra del centavo, al espesor de la congestión, en fin. El viajero y su zorra son el uno para los otros, por las calles de la ciudad volverán a pregonar los aromas de la arepa de maíz pelado, el olor dulzón del ayaco, del tamal que no necesita de la noche buena para aparecer y saborearse, del pan de maíz sin país; de los secretos envueltos en esperanza que aliviaran los pesares del cuerpo con pócimas de medicina natural.

Esta zorra que recorre la selva de cemento, tendrá una identidad chiquitica pero suficiente para recordarnos que alguna vez, las historias de las mujeres y hombres se hicieron de maíz, que sus cabelleras y barbas eran de pelos de maíz, que las mujeres cubrían sus caderas con hojas de mazorca en sus lechos de flores de jardín y por los ríos bajaban raudos ídolos y dioses de masa de maíz cocidos por el sol de las Américas.
Muchos de esos dioses ahora intentaran habitar en la zorra, alojados en su esqueleto de madera y sobre sus ejes con rodachines de caucho, un vehículo que no tendrá placa, ni pito y su motor será el corazón de quien la empuje, ya que su voz silenciosa sabe cantar:
Maíz mujeres y hombres de maíz, maíz alimentos de maíz, maíz fiestas del maíz.

Las voces que hablaron fueron muchas, los susurros  dulces chócolos; era el recreo, era la cotidianidad del descanso y allí habitaba una zorra de surcos, de semillas en germinación, de  artes que se instalaba como una pregunta:
-¿Somos de Maíz?-
...y la estudiante se tocaba los brazos como palpando los granos de maíz que circulaban por sus venas mientras indagaba ante la zorra.
 Y otra voz burlona dijo:
¿La mata que mata?
Y alguien contestó:
No, la mata que mute
Y otra voz interesada dijo:
¿Y que hay que hacer?
Y la voz de la zorra se hizo escuchar:
Sembrar una semilla de maíz y cuidarla, quererla…

Octavio Escalante

No hay comentarios:

Publicar un comentario